jueves, 10 de enero de 2008

Red army

Nunca hice una lista de "las 10 cosas que debo hacer en Londres". Pero si la hubiera hecho, sin duda hoy habría tenido que tarjar una (que probablemente habría estado dentro del top 3): ver un partido del Arsenal. Además, en el marco del impresionante Emirate Stadium, el nuevo estadio inaugurado hace menos de dos años. El Emirate me queda muy cerca de la casa, a sólo 15 o 20 minutos caminando, y desde que llegué lo miraba de reojo ya que sólo hay venta de entradas para los socios; pero hoy, gracias a algunas afortunadas coincidencias (y a la intervención de una señora que debe ser como la Kramer de la barra del Arsenal) pude conseguir el preciado ticket. Y nada menos que para el auténtico clásico londinense, Arsenal - Tottenham (aunque en un partido de la Carling Cup, pero clásicos son clásicos). Grandes experiencias: el placer de tomarse una cerveza en el estadio; putear a la barra rival en idioma extranjero; o sentirse en casa, a pesar de la diversidad y la forastería, con ese grito de gol universal y esquivo (vinimos a empatar recién al minuto 35 del segundo tiempo). Ah, y ninguna referencia política o histórica, simplemente, cantamos.